El juego es la base en el desarrollo de los niños y niñas. Desde allí se explora, se promueve la imaginación y la expresión de las emociones, fomentando la interacción entre ellos. En el juego se estimula la personalidad expresiva, se aprenden reglas, turnos, límites, se trabaja la atención y por sobre todas las cosas, se promueve la confianza.
Este año en el Servicio Social Agustiniano, adaptamos todas nuestras actividades para que el juego siga siendo protagonista, pese a las limitaciones que nos impone la pandemia. Así fue que creamos un único espacio de apoyo escolar, en donde hacemos las tareas y nos divertimos jugando, creando experiencias positivas y favoreciendo así, la comprensión y el proceso de aprendizaje.