El Valle de Luracatao, pertenece al Departamento de Molinos, de la Provincia de Salta, se encuentra a siete horas de la Ciudad de Salta y a más de 2000 metros sobre el nivel del mar. Está compuesto por cuatro parajes principales: Refugio, La Puerta, La Sala y Alumbre. Cuenta con una población de 3500 habitantes en ascenso, aproximadamente.
Este valle se encuentra aislado e incomunicado, no solo porque no cuenta con los servicios de electrificación, telefonía e internet sino porque tampoco cuenta con servicio de transporte público diario, con lo que las personas de todas las edades, para trasladarse de un punto a otro (ya sea para trabajar, los niños para ir a la escuela o visitar familiares en otros parajes) transitan a pie por los caminos serpenteantes que rodean los cerros durante horas.
La mayor parte de la población vive de la agricultura y la ganadería familiar y son descendientes de pueblos originarios. Una forma muy habitual de comercio en los lugares más alejados es el trueque.
Las viviendas construidas de adobe con techo de caña y paja, están muy distantes unas de otras y no cuentan con gas de red, luz de red, agua de red, ni servicio de telefonía.
Cada paraje cuenta con una posta sanitaria (donde atiende un enfermero que, si lo necesita, se comunica para consultar por radio con un médico), una escuela (con los niveles de inicial, primaria y secundaria) y una capilla. El destacamento policial y la delegación municipal, solo se encuentran en el paraje La Puerta. En total existen unos pocos comercios pequeños que abastecen las necesidades básicas de los habitantes, entre ellos no existe ninguna farmacia, con lo que para acceder a alguna medicación dependen de la posta sanitaria que se encuentra totalmente desabastecida.
En cuanto a las actividades de esparcimiento, existen numerosos potreros en donde los diferentes equipos de fútbol de los parajes realizan competencias. Últimamente, con el acceso de algunas familias a la energía solar, se organizan bailes hasta altas horas de la noche. Ambas actividades, están fuertemente vinculadas al alcohol, ya que al finalizar el partido de fútbol por ejemplo, se reúnen todos a beber hasta terminar completamente alcoholizados. Lo mismo sucede en los bailes. Esta costumbre de alcoholizarse está muy arraigada en la sociedad de los Valles y en muchos casos se da, que aquellas personas que no muestran interés por el alcohol, son discriminadas, excluidas y maltratadas, habiéndose registrado casos de suicidio como consecuencia de la presión ejercida sobre la persona diferente. El alcoholismo, también deriva en casos de violencia familiar y de género, accidentes fatales y daños a la salud de los que sufren la adicción, tal como sucede en todas las comunidades. Ningún paraje cuenta con servicios de prevención de adicciones ni tratamientos.
La Puerta cuenta con las bibliotecas de la Escuela, la biblioteca de la Capilla Sagrado Corazón de Luracatao y una biblioteca de una señora del paraje en donde conserva bibliografía sobre los pueblos originarios. Ninguna de ellas es de libre acceso a la comunidad, con lo que para acceder a ellas hay que ser alumno de la escuela o coordinar una visita para acceder a las otras dos. Las bibliotecas no tienen electricidad, con lo que es imposible acceder a ellas y poder leer cuando baja el sol. La gente no lee porque no tiene qué leer (solo llega el diario El Tribuno de Salta 3 veces por semana). Como no hay luz ni internet, la gente no tiene acceso a la información. Si bien las personas no tienen acceso a los libros (salvo por los libros escolares, en el caso de los niños), sí tienen interés por la lectura.
No existe en el Valle servicio de hotelería. En el caso de que el municipio o alguna institución consiga capacitaciones para la población, los capacitadores se alojan en casas de familias que no cuentan con las condiciones básicas como para que estén cómodos. Otra opción de alojamiento que utilizan es un viejo rancho que no cuenta con agua, ni luz, ni puertas, ventanas ni baño y por su puesto ningún mobiliario, como ser camas, sillas o mesas. Desde el gobierno hay mucha oferta de capacitaciones pero no hay lugar adecuado para que se lleven adelante.
Tampoco están desarrollados los oficios en los parajes, principalmente debido a que al no haber luz eléctrica, la gente no tiene la posibilidad de utilizar herramientas como taladros, amoladoras, soldadoras y todas aquellas herramientas que se utilizan a la hora de trabajar. Pese a todas las dificultades que plantea vivir en estas condiciones, los jóvenes muestran mucho interés en aprender oficios. Actualmente en el taller de la escuela secundaria de La Puerta, se está enseñando mecánica (ya que no hay ningún mecánico en los parajes) a fabricar herramientas para mejorar las formas de cultivo, a construir corrales y gallineros con hierro, a instalar calefones solares y paneles fotovoltaicos entre otras cosas.
La conservación de los alimentos es otra problemática, ya que al no contar con heladeras, las familias aún en el siglo XXI conservan la carne en forma de charqui, secando los trozos al aire libre, con la consecuente falta de higiene que ello significa.
La utilización de las velas como forma de iluminación por las noches conlleva un riesgo enorme de incendio, que en muchas oportunidades resulta mortal. Las casas, en su mayoría construidas de adobe, con techo de caña y paja son una trampa mortal cuando se cae alguna vela. Se han registrado varios casos de muertes, el último, sin ir más lejos el día 8 de Abril de 2016, en el cual falleció una señora de 75 años y su pequeña nieta (aquí podrá consultar la triste noticia y ver la foto de la casa)
Objetivo del proyecto
Debido a todas estas circunstancias, desde la Asociación Civil Gregorio Mendel hemos decidido apoyar una doble iniciativa que aportará muchos beneficios a toda la comunidad: la construcción del Centro Comunitario «Diego Gutierrez» y la provisión de paneles solares para erradicar el uso de velas y así evitar accidentes mortales en más de 80 casas que aún utilizan este tipo de iluminación El Centro Comunitario “Diego Gutierrez” comenzó a construirse en el año 2015 y ya cuenta con un salón de usos múltiples que será terminado de construir a mediados de 2016, gracias al esfuerzo de toda la comunidad de La Puerta, a la ayuda de la Prelatura de Cafayate y la Orden de San Agustín. Está ubicado en el terreno junto a la Capilla Sagrado Corazón de Jesús, en el paraje La Puerta, del Valle de Luracatao.
El proyecto cuenta con dos etapas, una primera que será finalizada a mediados de 2016 y que contempla la edificación de un salón de usos múltiples y un depósito para almacenar las donaciones de Cáritas.
En la segunda etapa se planea la construcción de:
- dos baños con ducha y agua caliente,
- cocina con anafe y pileta
- dos aulas que también podrán ser utilizadas como dormitorios
- un patio
Las instalaciones serán utilizadas para:
- instalar la primer biblioteca comunitaria del Valle (para la cual la Asociación Civil Gregorio Mendel donará más de 1500 libros y enciclopedias),
- dar cursos de diferentes oficios, prevención de adicciones, prevención de violencia de género, dar catequesis,
- promover las energías alternativas,
- poder dar alojamiento digno tanto a misioneros como a capacitadores.
- instalar un lavarropas comunitario para aquellas personas que necesiten utilizar ese servicio.
- dar agua caliente a la posta sanitaria comunicando los termotanques solares del Centro, con los baños de la posta.
Las instalaciones contarán con luz provista por paneles fotovoltáicos.
En cuanto a la instalación de paneles fotovoltáicos en más de 80 casas de los cuatro parajes del Valle de Luracatao, tendrá dos etapas.
- Censar todas las casas del valle para determinar cuáles son aquellas que utilizan velas
- Instalar los paneles junto con los alumnos de la escuela técnica del paraje La Puerta
Estamos convencidos que el Centro Comunitario permitirá, además de dar acceso a la información, convertirse en un lugar de encuentro para toda la comunidad, en el cual todas las personas, sin distinción de raza, credo o nacionalidad, puedan reunirse, nutrirse de información y enriquecer sus vidas.
En cuanto a la instalación de los paneles fotovoltáicos, permitirán evitar accidentes fatales y comenzar a concientizar a las personas de la importancia de las energías renovables, para que puedan ser utilizadas y así mejorar su calidad de vida.