Ya pasó un año desde que te fuiste, Demetrio, y aunque todavía no lo creo y me parece injusto (igual que a vos la partida de Oscar Cervantes, el joven Catamarqueño al que tanto apoyaste y llegó casi a ser Ingeniero Nuclear, si no hubiera sido por su grave enfermedad) estoy tratando de refugiarme en tu legado, lo que dejaste.
Entre tantas cosas que hiciste y diste, me dejaste tu ejemplo de serenidad, sin importar lo que sucediera, como el día en que te increpó violentamente un representante de los pueblos originarios y todo terminó con una charla con apretón de manos incluido. Me dejaste tu ejemplo de trabajo en equipo y perseverancia para lograr los objetivos más impensados, como llevar energía eléctrica al medio del Valle Calchaquí. También me enseñaste a perdonar cuando alguna persona a la que ayudaste te fallo y dar segundas oportunidades (aunque doliera) siempre con una sonrisa cálida y tímida.También me enseñaste el día que fuiste a ver a mi mamá, internada en grave estado, a que no importa cuán importante sea el cargo que tengamos o el poco tiempo del que dispongamos, siempre es importante acompañarnos (además ese día, era tu cumpleaños).
Pero sobre todo me enseñaste lo importante que es confiar y desempolvar las alas a las personas para que puedan volar su propio vuelo. Así lo seguiremos haciendo en esta hermosa obra que fundaste tal como lo venimos haciendo desde hace 15 años.
Hoy que no estás entiendo un poco más esa frase que tanto nos repetías: “Somos seres limitados que tenemos que gestionar creativamente nuestras limitaciones” Ojalá nos sigas iluminando para seguir en ese camino. Gracias por poner en cada lugar por el que pasaste, lo que era necesario y dejar tu huella en mi barro para siempre. Fue un honor haber compartido la vida estos últimos 13 años.
Andrea Festa
Coordinadora General del Servicio Social Agustiniano y Secretaria Técnica de la Asociación Civil Gregorio Mendel